En el curso de socorrismo en Granada de GMY Formación Integral, vamos a conseguir que adquieras, los conocimientos y técnicas precisos para los que os vais a dedicar al salvamento acuático, además de otras competencias clave. Además tendréis que pasar una serie de pruebas en piscina, para que una vez os encontréis en situaciones reales, tengáis los recursos necesarios para desarrollar vuestro trabajo de manera solvente.
Los inconvenientes y las situaciones que se pueden dar en el medio acuático son muchas y muy variadas, la diversidad de circunstancias hacen imposible que existan 2 accidentes completamente iguales. Por lo tanto, se trata de trasmitir ciertos métodos, técnicas y conocimientos específicos, para poder ser empleados como base a la experiencia, los pies en el suelo y imaginación de cada uno de ellos.
El salvamento acuático tiene 2 vertientes; la vertiente humanitaria y profesional y la vertiente deportiva. La humanitaria y profesional, es la responsable de la capacitación, reciclaje y titulación de Técnico en salvamento acuático. Los profesionales, se deben encargar de vigilar, controlar e intervenir en zonas públicas de baño.
Podemos comprender por salvamento a la acción o bien efecto de salvar, lo que significa “evitar un riesgo” y por socorrismo a la “organización y entrenamiento para prestar auxilio en caso de accidente, en especial en el agua”. Esto es, en el medio acuático, precisamente en piscinas, parques acuáticos, charcas, ríos, pantanos, mares, playas, hielo…
El socorrista: preparación
La misión de un técnico es velar por la seguridad de otras personas y cuando interviene, de su actuación dependen las vidas de bastantes personas. El técnico tiene que estar bien preparado física, intelectual y anímicamente para contestar a las demandas de su trabajo en el instante que se le requiera. Las destrezas que debe tener un socorrista engloban múltiples campos y no todas y cada una se adquieren con el adiestramiento.
- Dominio del medio acuático en distintas circunstancias y situaciones (remolques, inmersiones, obstáculos, tormentas, mareas… No es suficiente con saber nadar.
- Destrezas físicas apropiadas para efectuar un rescate. Resaltamos las cualidades físicas de fuerza (luchas, alzamientos, arrastres…), velocidad (el tiempo es esencial cuando está en riesgo la vida de una persona), resistencia (nadar distancias largas, continuar cierto tiempo a flote…) y capacidades resultantes como la agilidad, habilidad con la que se deben efectuar determinadas labores relacionadas con el rescate. Como vemos, la preparación exclusiva en agua es deficiente.
- Valores humanos arraigados (ser espléndido con tu trabajo, servir a el resto, trasmitir seguridad en ti, sé valiente mas conociendo las propias posibilidades y restricciones, tener sentido de la responsabilidad) nos referimos a esas cualidades humanas, que como afirmábamos al principio, no se adquieren con el adiestramiento, sino más bien con la voluntad, la educación la cultura y el desarrollo personal, y que son contrarias al egoísmo, cobardía, irresponsabilidad, la irresolución, el
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